Los pasos o poldras son piedras equidistantes en forma de paralelepípedo que se colocaban en vados naturales de los ríos a fin de que la gente pudiera cruzarlo fácilmente sin mojarse. Por eso las aldeas más próximas a los pasos llevan en su denominación a voz “porto”, que en gallego quiere decir “lugar de paso”. En paralelo a las pasaderas se disponen una calzada empedrada sumergida que facilitaba el paso de carros de tracción animal. En la margen izquierda del río se localiza un Peto de Ánimas encajado en un muro bajo y se divide en dos cuerpos separados por una moldura recta en la parte delantera. El primer cuerpo es abierto y en su interior figura una pequeña cartela con el nombre del devoto que costeó su erección: Manuel Cabirta y Concha, vecinos de Laxoso de Abaixo. El cuerpo principal presenta un nicho rectangular que en su interior se resuelve en un arco rebajado. Una cornisa moldurada lo separa de la parte alta del bolsillo: un hermoso pedestal coronado por una sencilla cruz de hierro. El retablo, tallado en madera, representa a Sano Antón liberando las almiñas del Purgatorio. La policromía resalta el tormento de las llamaradas. La cajita de las limosnas es parte fundamental. El día 20 de abril de 1873, en la Casa Rectoral de Santa Baia de Ponte Caldelas, Manuel Cabirta, su mujer María Concha y sus hijos Xosé y Manuel entregan al abad de esta feligresía, Antonio Martínez Peso, la llave de este peto que construyeron y costearon en un terreno de su propiedad. Confían en que el abad nombre una persona responsable que se encargue de recoger y entregar las limosnas para que se destine a sufragar sufragios por los difuntos.