Según Táboas Veleiro (1998) estamos delante de un inmueble "cuyo alzado frontal se abre en cuatro huecos, tanto en el nivel inferior como en el superior. Las aperturas del segundo piso en forma de balcones apoyados en pequeños canecillos, con un final a modo de balaustrada ornamentada con cruces de Malta y que tiene una grande importancia en el conjunto. Destaca asimismo el frontón retrasado de la línea de fachada cuyo friso en cantería aparece moldurado en su parte superior."