Esta carballeira, también conocida como O Campo dos Remedios, acoge un palco de música labrados en una piedra conocida como «granito a la de mosca», nombre que reciben por los grandes cristales de biotita que destacan en la masa blanquecina de cuarzo feldespática. Al pie de la carretera se yergue también un cruceiro, un alatorio de un pozo. El primero luce una columna gruesa de sección octogonal que finaliza en un capitel de forma cúbica decorado en sus cuatro caras con caras de ángel con alas; en los esquinales volutas. Sobre la cruz un Cristo con paño púdico, cabeza ladeada y media melena decorada en una corona de espinas; con las manos perforadas por clavos, aun es quien de bendecir. En el reverso una Virgen en actitud de oración cubierta por un manto muy rogado de pies a cabeza. Al lado del crucero una construcción de planta rectangular levantada íntegramente de piedra –incluso el tejado– que recibe el nombre de “alatorio”, según Sánchez Cora y Martínez Plasencia (1990). Cerrado por una reja artística, acoge en su interior un azulejo pintado con la imagen de la Virgen de los Remedios y un pousadoiro para posar esta imagen el día de la fiesta.