Templo de estilo neogótico proyectado por el arquitecto diocesano Miguel Hernández y Álvaro Reyero cuya construcción fue iniciada en el año 1903 y finalizada en 1915. El precio de la obra ascendió a 59.787 pts. De planta basilical, una sola nave cubierta por una bóveda de cruzaría de cuatro tramos separados por arcos perpiaños o fajones. Posee a lo largo de la nave, a ambos lados, vidrieras policromadas. Su fachada principal, de gusto ecléctico, aparece dividida en tres calles. Destaca por la disposición de media docena de óculos ordenados de forma vertical que flanquean una portada neogótica que sobresale en planta cuyo elemento central es un motivo calado trilobulado. Finaliza el conjunto un grande ojo de buey acristalado, en forma de cruz griega y protegido por uno guardapolvo semicircular. La coronación original del conjunto, conformada por una espadaña de un único hueco, no fue ejecutada, permaneciendo resguardados en el exterior del templo los sillares que conformaron la espadaña cuatripartita que sustituyó a la bipartita que estuvo en pie hasta 1973. Al lado de la fachada sur, un pousadoiro y un cruceiro figurado con una hermosa imagen de la Virgen con el Niño en el regazo que tiene como peaña la cabeza de un querubín. Anteriormente en el campo de la fiesta, que acoge una docena de robles, había una pequeña capilla barroca del siglo XVIII bajo la advocación de la Inmaculada Concepción que fue sustituida por la iglesia actual.