Peto de estilo neoclásico que, al parecer, debemos al ingenio de Manuel González, el maestro cantero –discípulo de Cerviño– que también labró el extraordinario calvario situado en el adro de la iglesia parroquial. El edículo central, de mayor tamaño, acoge una imagen de la Virgen del Carmen y un grupo de siete ánimas, en piedra policromada. Un reloj de sol –que marca el tiempo de las 6 a las 18 horas– corona la parte izquierda del frontón semicircular que lo remata en altura. Los dos edículos que flanquean al central son fruto de una reforma posterior promovida por Aniceto Justo Rodríguez en 1988, en el centenario de la erección de la pieza original. Antes de su construcción, en su lugar había dos “cestiños” de cemento en los que las personas devotas depositaban ofrendas en forma de patatas o maíz por los que después se subastaba a la puerta de la iglesia para, luego, dedicar misas por los difuntos. Los tres edículos aparecen coronados por tres cruces sin figuración, la central de sección circular y las laterales de corte cuadrado. Incorpora dos leyendas:

SE HIZO POR DEVOCION DE JOSE MARIA GARRIDO AÑO DE 1888. LO QUE AQUISE PASO ES COSA / QUE CAUSA HORROR /
HAI DETISI TECONDENASTESERA / MUCHO / PEOR En el interior del bolsillo central, una escena del Purgatorio, con almiñas en pena (todos ellos hombres desnudos, incluyendo un religiosos) suplicando entre llamas. Sobre ellas una imagen de la Virgen del Carme con el niño en el regazo en un brazo; en la otra un escapulario que sirve para salvar las ánimas de sus devotos.