Estas almiñas se sitúan al pie de la Cruz da Carrola, y comparten localización desde 1963. Se trata de un bolsillo de granito gris de cuerpo rectangular. “La repisa, achaflanada, sostiene tres nichos. Los dos laterales tienen la puerta cuadrada y lintel semicircular con tejado curvo. Están coronadas por una cruz de sección cuadrada en el comienzo, con las aristas rebajadas casi hasta los límites de los brazos y testero, que finalizan en una flor plana de cuatro pétalos” (Sánchez Cora, y Martínez Plasencia; 1990). Los nichos laterales se usaban para depositar las ofrendas de maíz y patatas. El retablo, labrado en piedra, aparece presidido por una imagen de San Francisco o San Antonio, con una anatomía desproporcionada. Con sus manos coge las de dos ánimas, entre las que no está la de un cura con bonete que se sitúa a sus pies.