Templo de origen románico cuyo presbiterio luce un arco triunfal labrado en arista viva, con directriz apuntada, y descansa sobre dos columnas con las basas escondidas bajo el pavimento. La nave conserva en el alzado norte una puerta medieval con arco de medio punto y adintelada en su cara exterior, hoy ocupada por la sacristía. De forma simétrica por su pared norte hay otra puerta igual, pero cegada, al igual que la saetera de derrame interno de la ábside que hoy oculta el retablo mayor barroco. Los muros de la nave son enteramente románicos, aunque la cubierta fue modificada, al igual que las ventanas y la capilla barroca abierta en su muro norte. El baptisterio barroco también fue añadido durante la Edad Moderna. En el año 1727, segundo consta en una inscripción de los muros de fábrica, fue labrada la imagen de la Virgen orante que figura en la fachada, donada por el abad Clemente Figueroa. También de la Edad Moderna data el escudo de la familia Pazos de Probén que presenta una de sus fachadas. El elemento más valioso del templo románico datable a finales del siglo XII o principios del XIII es la fachada occidental, que conserva en su puerta dos arquivoltas ligeramente apuntadas, con baquetón al exterior y fuste de media caña al interior; bisel decorado con trazo en zigzag y chambrana de media caña lisa. En la fachada sur pueden verse 11 canecillos de perfil de nacela, 2 antiguas saeteras, hoy rectangularizadas y dos gruesos contrafuertes en la zona del presbiterio. Hace algunos años se encontró a pila bautismal románica, que fue reutilizada como fuente en el atrio.